La profesora de la universidad Beira Interior, Renata Ferraz, ha desarrollado el pasado 15 de marzo una actividad sobre el canto de las mujeres. Esta charla tuvo lugar en la Asociación Coolabora de Covilha, dónde tienen como misión ayudar con la igualdad de oportunidades y cooperación. Asimismo, el punto clave del evento fue la indagación sobre la conexión de la música y las emociones.
En palabras de la actriz, Renata Ferraz, “para formar parte de esta actividad no hace falta saber cantar, o ser profesionales”. Por tanto, en la reunión hubo numerosas mujeres que no cantaban, pero que sí tenían experiencia en el ámbito educativo o algun labor con mujeres o niños. Y estaban abiertas a aprender sobre lo que puede proporcionar esta actividad.
La primera parte de la reunión se basó en una presentación de cada mujer que estaba en el acto. A excepción de un único hombre que acudió. Una de las personas que estaban reunidas era Lydia, con treinta y dos años de experiencia en el sector de la educación. Por casualidad, dos de sus ex alumnas estaban sentadas a ambos lados de ella. Ella es una amante de la vida y tiene miedo a dejar la vida, no a morir. Lydia, jubilada dice: “cada día tiene que ser mejor que el anterior”.
Siguiendo con la actividad, Renata Ferraz mandó que todas las personas cerraran los ojos y que pensaran en una canción que les recordara a la infancia. Todos los presentes coincidieron en que la primera melodía que sonaba en sus cabezas eran canciones que cantaron en la época del colegio. Por ende, Lydia y todas las demás mujeres pensaron en la misma canción, “Olhos pretos” de Alfredo Soares.
A pesar de que la mayoría de las mujeres no consideran que cantan bien, no fue un inconveniente para que la sala se llenara de felicidad y alegría. Además, Ferraz dijo, “yo no canto mucho porque cuando era pequeña en mi familia me decían que desafinaba. Por eso, el teatro me salvó”. De tal manera, en la actualidad Renata es una amante del cine.
Este tipo de eventos pueden estar repletos de alegría al rememorar canciones que hacen recordar momentos de fuerza o felicidad. Por ello, la letra de “siete mulheres” causa un gran sentimiento en las mujeres portuguesas porque es un homenaje a todas ellas.
